martes, 30 de agosto de 2016

Vozpopuli 

• Por Ramón Lora

“ Aló, Aló, se cayó la llamada”…  


Ahora que pasaron las elecciones, es bueno recordar que no hay un ser más “sabroso” y complaciente que un político en campaña electoral. Son cordiales y sonrientes, saludan y abrazan a ciudadanos sudorosos y hasta mal olientes, degustan chicharrones en público, pastelitos y hasta “perros calientes”, comen de pailas, cruzan ríos con todo y zapatos, no respetan “pinta” para tomar café en cualquier recipiente, prometen de todo y nunca dicen que no. El rompecabezas comienza para sus seguidores después de las elecciones. Cambian los números de teléfonos, finjen la voz para tomar una llamada, se esfuman de sus pueblos y cuando por “accidente” reciben una llamada y se dan cuenta que es un “pobre diablo”, dicen, con simulado asombro: “Aló, aló, se cayó la llamada”…

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