jueves, 22 de diciembre de 2016

Tres periodistas "ebrios"
viajan  pie de Licey a Santiago

LICEY, REPUBLICA DOMINICANA.-Aquel sábado de diciembre del año 1977, muy frío y lluvioso, comenzó a “calentarse” después de las diez de la noche en el Montevideo Bar, del municipio de Licey, donde se celebró a “casa llena” el vigésimo aniversario del noticiario La Opinión Ciudadana y Sus Picotazos.

• Aridio Vásquez
A esa hora y al compás del merengue la Chiva Blanca, interpretado por Vinicio Franco, uno de los cantantes de la orquesta del maestro Rafael Solano, comenzó el “fiestón” y la algarabía.

El reperpero era tal que parecía que los salones del Montevideo Bar iban a “reventar” por la pronunciada concurrencia que se  había “apiñado” en el lugar para celebrar con fervor este acontecimiento social.

El anfitrión, Max Rodríguez, mejor conocido como “Picotazo”, dotado de su elocuente verborrea, quien adquirió el mote de “come candela” por su coraje en el ejercicio periodístico, esperaba con amabilidad y una sonrisa a los invitados en la entrada del establecimiento.

Tres redactores del noticiario, Ramón Lora, Aridio Vásquez (actualmente diputado del PLD por La Vega) y Alejandro Ureña, llegaron retrasados y no pudieron compartir en el salón principal. Por esta razón, tuvieron que concentrarse en uno contiguo muy pequeño.

Allí comenzaron a libar y después de una intensa jornada alcohólica no estaban atentos al desarrollo de la fiesta que se realizaba en el salón principal.

 Ramón Lora
En la madrugada cesó la música de la orquesta y el silencio llamó la atención de los tres periodistas, quienes, inmediatamente, se trasladaron al salón principal pero allí sólo quedaban los mozos reorganizando las mesas y las sillas y los “bandboys”, vale decir en español, los muchachos de la banda, recogiendo los instrumentos de la orquesta.

Cuando salieron al parqueo observaron que sólo quedaba el vehículo de transportar los instrumentos y el automóvil del administrador del Montevideo Bar.



Se miraron y hasta se afligieron porque en esa época no existían los taxis ni los celulares. Luego, se trasladaron hasta la carretera Licey-Santiago a esperar, por lo menos, “una bola” o un “aventón”,  como usted prefiera llamarle, pero no fueron afortunados.

Después de una larga espera, al “filo” de las cuatro de la madrugada y en estado ebrio, decidieron, a regañadientes, “viajar” a pie de Licey a Santiago. Amaneciendo y cansados, llegaron a la rotonda de la avenida Salvador Estrella Sadhalá y Juan Pablo Duarte. Allí se despidieron y Aridio Vásquez abordó una “voladora” con destino a la ciudad de la Vega, donde residía; y Ramón Lora y Alejandro Ureña “tomaron” un “carro pirata” que los transportó a la parte baja de la ciudad.




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