viernes, 31 de julio de 2015

EDITORIAL
Lic. Ramón Lora

Un periodismo para informar
o para desinformar


La sociedad mundial está dominada por la ciencia, la tecnología y la información y el periodismo, desde sus orígenes, es un postulado que fue creado para informar, orientar y educar. A menos, esa es la teoría que ha prevalecido por siempre en el mundo.

El periodismo también tiene sus reglas estructurales, vale decir, la pirámide invertida que ordena la información por su importancia en orden descendente y las interrogantes clásicas que son: ¿Qué ?, ¿quién?, ¿cuándo?,  ¿dónde?, ¿cómo? y ¿por qué?.

En la pirámide invertida los datos más importantes deben estar en la entrada o en el “lead”. Este es un vocablo de origen inglés que establece que lo más impactante debe estar resumido en el primer párrafo.

En el caso de las preguntas clásicas, estas permiten que la información llegue completa a los receptores para que estén bien informados.


Sin embargo, después de la aparición de las redes sociales y el periodismo ciudadano, estas estructuras han variado mucho y algunas historias no son presentadas completas.

En los medios electrónicos, los datos se ofrecen sin ningún tipo de formalidad y esto provoca que los receptores se queden ansiosos esperando más informaciones.

Así, por ejemplo, recordamos una historia sobre un incendio que dejó pérdidas millonarias y la muerte de una persona. En el último párrafo, decía, en el fuego también falleció un ciudadano, esto es, como si tratara de un dato secundario. Parece que el redactor no recordó o no sabía que el interés humano prevalece en periodismo…

Ahora que tenemos las redes, el periodismo ciudadano y los medios de comunicación en progreso, que forman parte del pluralismo informativo, lo más interesante sería que sean usados tomando en cuenta los postulados de sus raíces, que, como señalamos anteriormente, son informar, orientar y educar.

Sabemos que existe un afán de informar primero, es decir, en dar el “palo periodístico”, pero este propósito puede resultar peligroso si no presentamos los hechos ordenados y con precisión.

Aunque la objetividad pura no existe en periodismo, todo aquel que informa debe aspirar, por lo menos, a emitir sus historias con equilibrio, veracidad y coherencia.

Aprovechemos estas ventanas que nos ofrecen las tecnologías de la información, pero tratemos de usarlas con profesionalidad, delicadeza y respetando la dignidad humana, la paz pública y el interés social.

Así, tendremos, un periodismo para informar y no para desinformar.






1 comentario:

  1. Ramón, excelente trabajo. Te felicito. Y hay que recordar que la esencia del periodismo es la misma en el impreso como en el digital, en el que la calidad del buen periodismo debe brillar en el todo momento en el que se presenten los hechos noticiosos.

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